El Tema - ¿Cómo Descubrirlo? - 1ra Parte


No deseo dejar tan seco el tema de "El Tema". Por esto, quiero tomar los ejemplos de la entrega previa, y desarrollar el proceso por el cual se llega al tema de la porción en cuestión. Así que aquí vamos.

Mateo 15:21-28. 21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. (VRV60).

Veamos pues,
  1. Leo toda la porción hasta tener una compresión de lo que está hablando, a quines es dirigido, y para qué ayudaría conocer esta porción. Puedo decir que es la historia de una mujer que sufría por la enfermedad de su hija, y que en su deseperación fue a buscar ayuda en Jesús, por ser un problema que nadie en aquel entonces pudiera solucionar, y Jesús ya había dado muestra que tenía poder sobre los demonios. Y que al final logra que Jesús le ayude en su dolor.
  2. Examino los elementos personas, lugar, problema y situación que refleje un punto central en el cual gire todo el párrafo. La situación se puede ver desde el punto de vista social y étnico, pues en Tiro y Sidón había una profesía que pesaba sobre ellos, que sería cumplida posteriormente en su totalidad. La mujer era de Caná, Jesús había estado ya en ese lugar, qué hacía esta mujer por allí. Qué la llevó hasta esa regíón. El sufrimiento o atormentamiento de su Hija. Una familia con un enfermo de esta magnitud, realmente pasa por una prueba que no sólo aturde, lesiona. Sería un equivalente a tener a alguien con SIDA en su casa. No había cura para la familia, así que por el atormentamiento (sufrimiento) que pasaba, hizo lo único que quedaba, buscar a Jesús. Su deseo de ser liberada de este sufrimiento en su hija le quitó la vergüenza, pena, caché, y todo lo que le podría impedir en otra situación buscar a Cristo, la hizo persistente hasta lograr su objetivo. El centro de la historia, el motor de la protagonista era conseguir que Jesús liberara a su hija de el demonio que la poseía. Lo logró, y su sufrimiento cesó, porque persistió hasta conseguirlo.
  3. Evalúo qué otros usos puedo dar a esta porción: Jesús tiene poder sobre los demonios. Jesús quita nuestro sufrimientos. Jesús nos ayuda cuando nos humillamos ante él de corazón. Jesús recompensa nuestra fe en él.
En este caso, podría decir que, hay elementos secundarios como el poder sobre los demonios, la humillación, la fe y el sufrimiento. Que si bien son notados por sus palabras, ayudan a exaltar un aspecto que es el de resaltar de esta mujer, su persitencia de buscar a Jesus por el sufrimiento de su hija, un elemento que puede hacer a las personas más duras llegar a los pies de Cristo, le lleva a persistir al encontrar que sólo el puede librarla.

Quiero invitarlos a opinar sobre este análisis, y que puedan aportar más elementos que pudieran usarse en un sermón de esta porción. Gracias, y voten para tener una perspectiva de las versiones que utilizaré en las siguientes entregas.

El Tema

Un sermón sin un tema es como un libro sin palabras. Es como querer darse cuenta de qué trata un libro que no tiene título ni índice. Lo que empezaremos a desarrollar desde ahora, será el pilar fundamental en el desarrollo del sermón en sí mismo. De este punto dependerá lo que habremos de expresar acorde al mensaje del texto que estudiaremos. Aprenderemos a descubrir el tema de un pasaje, no a inventarlo. Conoceremos el flujo de pensamiento de un escrito bíblico, para así poder entender el mensaje real que recibieron sus oyentes, y cómo poder aplicarlo a nuestro tiempo.

Cuando se sabe de qué trata un pasaje de las Escrituras, se tiene el fundamento para preparar un sermón homilético. Este será su guía a través del desarrollo del mismo. Nos dará las pautas que abrirán en los pasos subsecuentes el título, puntos principales y subpuntos. El desarrollo del sermón en su totalidad. La definición del tema es:

Aquel aspecto extenso y general de la verdad, que proporciona las ideas y el contenido de los sermones.

Como ejemplos de temas tendríamos la oración, la adoración, la fe, la persecución, las pruebas, el amor, las obras, la salvación, el pecado y otros. Cada uno de estos temas contienen las ideas claves de muchos sermones. Tomemos por ejemplo "La Oración", He aquí las ideas para tres sermones: "La necesidad de orar", "Cómo orar eficazmente" y "Los resultados de la oración". ¿Ahora puede ver la particularidad del tema? Es tan extenso que se puede hablar muchos aspectos específicos del mismo; como ven, el tema es la oración, pero los tres títulos hablan de aspectos específicos de la oración. Han visto alguna vez en la librerías o bibliotecas cristianas, e incluso en las seculares, que los estantes están distribuidos por temas como de psicología, de filosofía, de ciencia ficción, literatura universal. Todos bajo un mismo tema, pero desarrollan aspectos específicos y particulares sobre ese tema en cuestión.

El tema es general, amplio y suele contener numerosas ideas claves.

Cómo descubrir el tema

Descubrir significa poner en evidencia algo que ya existe. Puesto que el tema de un sermón ya está en el pasaje a partir del cual se prepara, usted se limita a centrarse en lo que ya está en él. No necesita andar buscando el tema por otras partes. En lugar de esto, examine el pasaje de las siguientes maneras.

I. Leyendo un pasaje hasta que su aspecto general de verdad quede claramente al descubierto, y se entienda lo que dice. Esto se puede realzar con los métodos a continuación:
  1. Leyendo varias veces la porción seleccionada.
  2. Leyendo en varias versiones la misma lectura.
  3. Preguntándose de qué trata este pasaje, o sobre qué trata de enseñar.
  4. Reconociendo el flujo de pensamiento del escritor bíblico. Qué quería dar a entender con lo que escribía.
II. Buscando una palabra que se use varias veces en un pasaje, ya que podría indicar el tema. por ejemplo:
  1. Mateo 6:25-30. Preocupaciones, afanes o angustias.
  2. Salmo 37:1-11. La paciencia.
  3. Mateo 2:1-12. Adoración.
Ambas maneras nos indican que es necesario centrarse en el pasaje mismo para descubrir su tema. Aquí debemos notar un principio vital, que al preparar un sermón a partir de un pasaje, hace falta acudir a la Palabra de Dios en primer lugar, y siempre en primer lugar. Ningún libro, comentario o lo que sea puede tomar su lugar.

Hasta aquí la primera entrega sobre el tema. Nos veremos en la próxima, no sin antes dejarles algunos ejercicios para que ensayen el buscar el tema de una porción:
  1. Lea Juan 15:1-8 y note la palabra que se repite en este texto, convirtiéndolo en su tema.
  2. Lea Mateo 15:21-28 y escoja el tema que más correspondería de los siguientes: a) El sufrimiento, b) La persistencia, c) El señorío de Cristo, ó d) La fe.
  3. Lea 1 Corintios 2:6-10 y escoja el tema que usted crea corresponde a la porción: a) Señor de gloria, b) Príncipes de este siglo, c) La sabiduría de Dios, ó d) La madurez cristiana.

El propósito general y específico - 2da parte.

¿A dónde quiere llegar con su predicación? Es una pregunta válida, pero incorrecta al pensar en los propósitos de predicación. La pregunta que debe hacerse es ¿a dónde quiero llevar a mis oyentes? pues ese será el destino final al terminar su predicación. De usted depende que ruta seguirá para llevarlos a salvo y seguros al destino propuesto en el sermón.

Continuamos con los propósitos generales, ya vimos los evangelísticos, doctrinal y de consagración, faltan tres todavía, aquí están para todos ustedes.

Devocional. Este es el sermón que llevará como fin el aumentar el amor por Dios, la intimidad con Él, su fe, su confianza, alabanza y adoración a Dios. Son esas reflexiones que nos ayudan a ver a Dios actuar en nuestras vidas todos los día, que muestran la mano de Dios actuando en otros y por todo el mundo. Por ejemplo: dentro de este blog, hay una sección de "recursos en línea", dentro de estos ítem, hay uno en particular que es, para mí, el ideal en los sermones o reflexiones orientados a la devoción, este es [clase bíblica radial] un ministerio que ofrece en libros y por la web reflexiones diarias como devocionales, contando experiencias y aplicaciones de la vida que nos muestran a Dios en los aspectos más pequeños de la vida diaria.

Ético - Moral. Estos sermones contienen mensajes apegados a normas éticas y morales, que orientan la conducta humana, y nos llevan a seguir la norma de conducta acorde a La Palabra de Dios. Estos podrían confundirse con los doctrinales, pero su diferencia principal radica en que tratan puntos específicos de la conducta y acciones del hombre, no las de Dios o los elementos de la fe. Ejemplo: Mateo 19:3-9. Habla sobre el divorcio, una conducta propia del hombre, y que debe ser normada para el creyente, mostrándole lo que Dios piensa sobre el.

De dar aliento. Estos hablarán sobre problemas, tribulaciones y enfermedades, todos los aspectos que provocan desaliento en el creyente como en el que no tiene esperanza de salvación por su negativa de buscar a Dios. Pero dando soluciones bíblicas a estas situaciones. Todos sabemos cuan difíciles son las muertes de familiares, amigos y personas queridas, y que de no haber consuelo a través de la Palabra, de que serviría predicar también. Dios da consuelo al dolor humano a través de su Palabra, debiendo siempre tener a la mano un sermón para este tipo de ocasiones. Por ejemplo: Juan 11:1-44. Habla sobre Lázaro y su muerte, pero también su resurrección, de todos los aspectos importantes en lo que Dios puedes hacer en la muerte y en la vida, dando aliento a los dolientes como a los no creyentes.

El propósito específico no es más que la aplicación de un propósito general. Es una personalización del mismo propósito general hacia las personas oyendo el sermón. Se especifica la condición moral y espiritual de las personas, así como la económica, social o el aspecto que esté influenciando sobre la vida de las personas en esos momentos.

Así veremos que cada propósito general puede ser asignado a un grupo de oyentes en cualquier circunstancia que esté afectando sus vidas. Dentro de los ejemplos, están los mencionados en el minicurso de homilética, que creo que son claros y contundentes para poder comprender su aplicación. Si no estás inscrito todavía, te invito a hacerlo con tu nombre e email. Les espero en la siguiente entrega de estos artículos lecciones sobre homilética. Dios les bendiga.

Nuestra siguiente entrega llevará algún tiempo para algunos, pues es el principio del ejercicio del arte, que para algunos viene por iluminación, para otros por deducción, y para otros por experiencia. Dejemos que Dios decida entre nosotros por cual de estas formas llevará sus mentes para encontrar el mensaje de Dios expresado en su Palabra. Amén.

[el propósito general y específico]


Esta es una de las partes que no aparece en el bosquejo del sermón a predicar, pero que forma parte de su desarrollo, su génesis. Es tan importante como el tema o el título, aún cuando no se comparta abiertamente, estos nos llevaran a dirigir el mensaje de manera objetiva y con propósito.

¿Cuál sería el propósito que nos hace entrenar fútbol durante un torneo? Lógico, ganar los partidos hasta conseguir la copa. Puedo hacer una analogía aquí, tomando que el fin ultimo será ganar la copa, este será el objetivo principal a lo largo del torneo (general). Cada partido y entrenamiento serán objetivos menores o más específicos, pues incluirá conocer a oponente y estudiar sus habilidades grupales como individuales, llevándonos a hacer estrategia específica para cada partido, y permaneciendo bajo un objetivo general a conseguir (específicos).

De igual manera podríamos comparar una carrera universitaria, en la cual, el propósito general al final de la carrera será obtener un título, pero durante los años de estudio, cada materia a pasar sería un objetivo más específico contenido dentro del propósito general de conseguir ser un profesional.

Los siguientes son los propósitos generales que hay. Durante mis estudios teológicos me pregunté si habría más, e intenté buscar otros, pero no los pude hallar más lejos de la combinación de estos mismos:
  1. Evangelístico.
  2. Doctrinal.
  3. De consagración.
  4. Devocional.
  5. Ético - Moral.
  6. De dar aliento.
Cada uno de estos describen propósitos generales durante una predicación, define la orientación que el sermón llevará desde sus oyentes hasta los resultados que se esperan obtener. Comenzaremos a describirlos brevemente cada uno, y según la necesidad de profundizar en ellos, lo haremos.

Evangelístico. Conlleva un mensaje que tendrá un resultado al final que los oyentes no creyentes en Jesús, sean convencidos de que necesitan de Él y su decisión sea por recibirle en sus vidas como Señor y Salvador. Ejemplo: Hechos 2:14-42. Contiene todos los elementos de un sermón evangelístico, y que al final no sólo logra su objetivo, sino que muestra qué deben hacer para perseverar en el evangelio de Cristo.

Doctrinal. Este tipo de propósito lleva el papel de profundizar en las enseñanzas y doctrinas de La Palabra, y su desarrollo habitualmente es temático, aunque puede ser desarrollado de una manera expositiva o tópica, según el caso. Principalmente contiene la doctrina fundamental que todos los creyentes deben conocer, los cuales no se encuentran exclusivamente en una sola porción de las Escrituras. Por ejemplo: La salvación, La muerte, El Diablo, Los Ángeles, Los demonios, etc.

De consagración. Este tiene como propósito el animar el servicio y dedicación a Dios. Específicamente sirve para ayudar a los oyentes a consagrarse a Dios de manera continua y sincera. Por ejemplo: Romanos 12:1-2. Es un llamado claro a la consagración plena de nuestro ser a Dios.

Hasta aquí con esta primera parte sobre el propósito general y específico, no es mi intención que se entretengan mucho leyendo, sino que lo que lean sea asimilado por cucharadas y no por tazones. Nos veremos en la próxima, Dios les bendiga.

[los oyentes - 4ta parte]

Continuando con los versos 21 y 22, en este punto no pude evitar pensar que este sembrador que "salio a sembrar" era un inexperto, pues todos saben lo que pasaría si la semilla cae en un terreno pedregoso.

Mateo 13:18-23. "18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno." (VRV60).

La forma y costumbre del entonces no era tan elaborada como la de nosotros, ellos esparcían la semilla y ya. Y por consiguiente, "parte" de ella caería en terrenos no aptos, y en donde se se esperaría ni siquiera ir a buscar cosecha. Luego me encontré con otra idea en mi mente, que tampoco el sembrador sale a sembrar cuando la tierra no está lista para ello, y si no estuviera seguro que el invierno comenzaría en su tiempo. En todos los ejemplos de tierra, la semilla germinó y creció, y con el tiempo el terreno dio su resultado inevitable y fatal para las plantas. Hoy en día podemos preparar la tierra, limpiarla, poner y quitar todo lo que nos ayudará en una buena cosecha. No creo que haya sido casualidad que Cristo dejara esta parábola para muchas aplicaciones.

De el seguimiento que demos a esta persona, que recibe el mensaje de Dios, dependerá la profundidad de sus raíces en la Palabra. Exactamente como las palmeras, viven en arena, de playa o desierto, pero no se caen sólo por tener suelo blando. Sus raíces son profundas y amplias, de tal forma que evitan ser raídas y llevadas por la tormenta o un viento suave.
No es suficiente abrir la boca y soltar el mensaje, debemos conocer a nuestros oyentes y facilitarles el entendimiento y profundidad de la Palabra de Dios.

En el verso 22 nos enfrentamos a un reto mayor, pues este llega a profundizar, pero otros aspectos de la vida cotidiana no permiten que de fruto. Es el clásico creyente que no trabaja ni hace nada productivo en la organización de la iglesia. Nos deja un punto clave en el propósito de Jesús para los que oyen su mensaje: "que den fruto". Es clave, importante, el objetivo final. Un creyente que da fruto es un creyente que se reproducirá naturalmente con otros. Ahora, el ejemplo del que no da fruto, pareciera un intento mal logrado, pero podemos cambiar esta perspectiva de la situación. De qué dependerá, nuevamente de conocer al oyente, pues no sabrá que hacer para saltar este obstáculo si no conoce cuáles son los afanes de esta o aquella persona, de esta o aquella congregación. Necesitamos ser observadores, y sensibles a lo que el Espíritu Santo desea que comuniquemos.Oración, oración...

Quiero terminar esta serie del oyente, y análisis de la parábola del sembrador (no es prédica por cierto), haciendo la mención que, si bien es obvia, nos presenta el verso 23 como un oyente ideal. Agrego que el sembrador que salio a sembrar preparó la tierra para este propósito, y las semillas que cayeron en diversos lugares no dieron fruto, y el sembrador no iba a buscar frutos en ellos, pues no era la tierra que había preparado. Esta preparación lleva tiempo, y antes que alguien acepte su predicación, por fuerza tendrá que aceptar a la persona que lleva el mensaje de Dios.

Como predicadores, debemos saber que para que oigan el mensaje, deberá haber alguien que lo lleve, pero este mensajero deberá también conocer a los oyentes para poder hacerles entender con la ayuda de El Espíritu Santo, el mensaje. Llevará la misión de profundizar en la Palabra para que la puedan practicar, y sólo así, llevarán fruto, en grados diversos, pero lo harán.

Dios les bendiga a todos, y nos veremos con el siguiente aspecto a tratar en la elaboración de un sermón, los propósitos general y específico. Hasta pronto. Recuerden recomendar a otros miembros de su iglesia y líderes sobre homiletablog.

[los oyentes - 3ra parte]


Volvamos nuevamente a la porción que nos está ayudando para conocer a los oyentes. Hay cosas que son automáticas en la mayoría de las personas, y eso es que desechamos todo aquello que no nos sirve, y sino, lo guardamos por si alguna vez nos pueda servir (pasan 20 años y ya no las hallamos cuando las necesitamos). Retomando el verso 19, de esta manera, fácilmente viene cualquiera con otro tema y nos hace ovidar lo que hemos oído por parte de Dios.

Mateo 13:18-23. "18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno." (VRV60).

Lo que no entendemos lo desechamos más fácilmente que otras cosas. ¿No me creen? Veamos. ¿Cuándo fue la última vez que leyeron un manual de usurario para un celular, control remoto, televisor, micro ondas o algún otro aparato electrónico? Lo que no esntendemos lo dejamos más fácilmente que lo que entendemos. Es asi que nuestro objetivo con el oyente es que entienda, y es dándonos a entender como lo lograremos. ¿Quiero decir que Jesucristo no lo hizo? Muéstreme un versículo que diga que no. No lo hay. Los que lo oyeron y no quisieron entender fueron habitualmente los pecadores que no querían arrepentirse, y los religiosos cegados por sus doctrinas y estatutos (como los que hoy día hay a nuestro alrededor).

Iniciemos el versículo 20 y 21, donde nos encontramos con el oyente que está feliz, agradecido e inmensamente alegre de haber hallado lo que tanto necesitaba, pero que luego, por no profundizar en el conocimiento de la Palabra, se olvida de ella. Estos son los que habitualmente dicen "es que la Biblia es una cosa, y la vida real es otra". ¡¡¡Herejes!!! Pero no los culpo, la culpa la tienen los que le presentan la Palabra y luego los abandonan a su suerte sin un seguimiento doctrinal fundamentado en las escrituras (padres irresponsables).

Parece increíble, pero muchos de nosotros no aprovechamos la oportunidad de estos momentos emotivos, como la felicidad, que puede ser momentanea, y aprovechar para que la Palabra de Dios profudice hasta penetrar en lo más íntimo de la persona. Hay un fenómeno en el hombre, el cual asocia muchos eventos a estados de ánimo. Por ejemplo, la canción o melodía que escuchábamos cuando conocimos al amor de nuestras vidas, nos trae recuerdo y las mismas emociones del entonces. Los que viven momentos trágicos relacionados a eventos catastróficos como los terremotos, se ponen histéricos y como locos con una pequeña sacudida, pues se activa una respuesta a un estímulo doloroso o trágico por asociación. Increíble pero cierto.

Volviendo al versículo. Nuestro seguimiento con el que ha recibido con alegría la Palabra es la parte fundamental despues de haber oído (un proceso mental que lleva poner atención y analizar), y que servirá cómo entrenamiento para las verdaderas pruebas. En una ocasión me toco vivir tristemente en mi inmadurez y poca sabiduría un evento parecido. Salimos a predicar a las calles de un pueblo en mi país, y pues me sentí muy orgulloso de hacerlo, pues había tratado de preparme para que nadie me dijera que no. Y lo logre, hable a 17 personas, y las 17 hicieron la profesión de fe. Por supuesto que tenía todos los argumentos para acorralarlos, y no tuvieron, después de haberme dado sus excusas mas que recibir a Cristo en su corazón. Al entregar el informe, se maravillaron de lo que había logrado. Pero lo que me entristeció, más alla de lo que había logrado, fue que al retirarnos de ese lugar, uno de los hombres con los que había estado hablando, y que realmente, créanme, había recibido el mesaje con "gozo", estaba furibundo y tirandole piedras a los compañeros de trabajo que lo estaban acozando y burlándose por haber hecho su decisión por Cristo. Sólo volteé mi rostro y aparté el asunto de mi mente, pero no de mi memoria ni de mi corazón. Hoy se los cuento, es la primera vez que lo hago, pero con el propósito de que no se repita en niguna parte donde ustedes compartan la Palabra.

Continuaremos en la siguiente entrega. Seguiremos hablando de los oyentes y espero sus comentarios. dios les bendiga abundantemente y sin medida. Recuerden enviar o colocar en los comentarios sus porciones favoritas, o los que sean de interés para ustedes. Gracias.

[los oyentes - 2da parte]


Habiéndoles dejado en la entrega anterior con el mensaje de Mateo, capítulo 13, versículos 18 al 23. Entonces, iniciamos tomando los elementos principales de esta porción, y que deglosamos en la primera parte de este tema de los oyentes.

Mateo 13:18-23. "18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno." (VRV60).

En el primer grupo de oyentes mencionados en el verso 19, que corresponden a los que oyen pero no entienden, nos tiene que poner a pensar uno de los retos más grandes a vencer en la comunicación del mensaje de Dios. En lo personal, tengo un dicho que aprendí hace algunos años, y es que cuando predico, y trato de explicar un concepto, doctrina o un punto importante del sermón, siendo de vital importancia el que sea comprendido, casi siempre pregunto al final si "me he dado a explicar", y no pregunto si "han entendido". Me deja la impresión que la segunda afirmación es porque son una especie de tontos que no entienden aunque se les diga. Y lo que de verdad cuenta es cómo lo comunicamos, no sólo el hecho de abrir la boca y decirlo.

Muchos grupos, como lo expliqué en la primera entrega del tema, tienen problemas serios para entender conceptos, los niños son un tipo especial de oyentes, y no por deficiencias, sino que los factores que intervienen en su aprendizaje y recibimiento de un mensaje, son parte de los colores, tiempo de exposición, y el interés que ellos tengan. Yo admiro a los maestros de Escuelas dominicales, son unos magos para poder mantener su atención, entenderlos y tener la paciencia de enseñarles de acuerdo a su edad e intereses individuales.

Si tuviéramos un grupos de ciegos, creo que no sería tan fácil, pues para ellos poder leer, tendrían que tener la Biblia en Braile, o en audio. Esto es una limitante, que puede franquearse con alguien que esté dispuesto a llevar el mensaje, pasar tiempo con ellos hasta tener su confianza, y que esta sea delegada a una persona para que sea en verdad creída al ser escuchada.

Qué me dicen de los niños con problemas Down, quienes según los psicólogos, no pueden mentir, y cuando te dicen algo, es la verdad. Ellos aprenden de diversas formas, pero hay maestros en educación especial que están dedicados a enseñarles de maneras particulares. Diríamos lo mismo de los que padecen de parálisis cerebral, con sordera. Son oyentes que necesitan formas especiales para comprender el mensaje. ¿Ahora me explico cuando digo que hacer que entiendan el mensaje no es sólo abrir la boca y soltarlo? Excelente, podemos continuar entonces.

El siguiente problema en cuanto a entender el mensaje de Dios, es que los contextos culturales y geográficos son barreras que tenemos que achicar para poderlas saltar. ¿De qué estoy hablando? En mi país aun hay campesinos, personas que trabajan la tierra igual que sus padres y abuelos, y antepasados. Jesús siempre se adaptó a los oyentes, utilizando especialmente figuras e ilustraciones que ellos podían ver todos los días, y sacar profundas enseñanzas de Dios para poder aplicarlas. Así a un fontanero, le hablaría de agua dura y blanda, de chorros de plástico o de metal, de diámetros y largos, así como de cemento blanco y gris. Usaría lo necesario para poder transmitirle el mensaje, achicaría la barrera para poder saltarla. Esto deja algunas limitantes, pero que Dios se ha encargado de saltarlas por nosotros. Marcos Witt en su seminario sobre las 21 leyes incuestionables del liderazgo, al igual que en el libro del mismo título, menciona algo importante: La ley de la tapa. No podremos llegar más arriba de la tapa que nosotros nos pongamos. Así, si quiere hablar con los doctores, debe conocer su lenguaje, no necesariamente ser doctor. Si quiere predicar a millonarios, debe entender cómo piensan y hablan, para llevar un mensaje que comprendan.

Hasta aquí esta entrega sobre los oyentes, y nos falta bastante material. Espero sea de provecho, y les prometo que será más frecuentemente. Recuerden mencionar este blog a sus amigos y familia, a pastores y lideres, y a todo aquel que esté interesado en la predicación homilética. Bendiciones de Dios a todos ustedes. Hasta pronto.

Por cierto, necesito sus porciones bíblicas preferidas o de interés para ustedes. Les espero, aún hay tiempo. Gracias de antemano.