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3. LA CONCLUSIÓN TIPO OBJECIÓN.

En este tipo de objeción se enumeran las objeciones que las personas podrían presentar para no actuar de acuerdo con a meta trazada por el sermón. Después de hacer una lista de las objeciones, señale las verdades bíblicas que las destruyen. De esta forma, ayudará a algunos de sus oyentes cuando les diga: "Venga ahora, y razonemos juntos". Supongamos que está predicando un sermón sobre el diezmo; es de esperar que haya algunas objeciones. Observe las siguientes, que han sido incorporadas a una conclusión tipo objeción:
  1. "Soy demasiado pobre para diezmar." Si le parece que este es su problema, recuerde esta verdad: No diezmamos sobre lo que no tenemos, sino sobre lo que tenemos. La Palabra de Dios dice: "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tu frutos" (Proverbios 3:9). Con lo que tiene, con lo que ha ganado. "Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu Dios" (Éxodo 34:26). Es muy claro, usted diezma sobre lo que ya tiene.
  2. "Doy una ofrenda, aunque sea menos que el diezmo." Gracias por su ofrenda, pero usted aún debe sus diezmos a Dios. Damos las ofrendas voluntariamente, pero los diezmos los pagamos. Dice Dios en Malaquías 3:10, "Traed todos los diezmos al alfolí." Si usted no diezma, está privando a Dios de un reconocimiento que sólo pertenece a Él. Escuche lo que dice la Palabra de Dios: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas" (Malaquías 3:8). Esta es la respuesta de Dios.
  3. "Mi dinero es mío, y puedo hacer con él lo que quiera." Tiene razón. Puede hacer lo que quiera con él. Sin embargo, el dinero, como cualquier otra cosa en la vida, es una dádiva de Dios. Pablo afirma en Hechos 17:25, "Él (Dios) es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas." Por tanto, es Dios quien le da a usted la vida y las fuerzas para ganar el dinero. Puesto que "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan" (Salmo 24:1), al diezmar con honradez usted demuestra que Dios es el verdadero dueño de todo. Es una manera de reconocer el señorío de Dios sobre el mundo y los que en él habitan. Usted sólo está administrando ese dinero; otros lo tendrán después de usted.
Esto es algo para meditar y reflexionar, sólo es un ejemplo, y cada uno de los elementos de objeción que usted use debe ser adecuado al tipo de oyente y contexto cultural donde lo predique. Por ejemplo, no hablará (espero yo) de prosperidad en un país donde el 95 % de la población es extremadamente pobre, y apenas tienen que comer. Sus objeciones en este punto de la conclusión deben ser acordes al contexto de las personas, pero siempre con el fin de hacerlos actuar en congruencia con el mensaje.

Hasta la próxima entrega, que Dios les bendiga y use poderosamente en la predicación y el servicio al pueblo y al que aún no es, pero serán pueblo de Dios.

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