[desarrollando los subpuntos] [continuación]

4. Obtener un subpunto narrando un punto principal que contiene un relato.

La verdad contenida en el relato se halla en los versículos que se anotan al lado del punto principal. La hallamos en medio de los sucesos y de los personajes involucrados, pero con el fin de explicarlos, necesitamos volver a ponerla entre esos sucesos y personajes. Así es como adquiere su significado. No nos habla como palabras que se usan en un punto principal, sino como la verdad revestida en el colorido de la vida diaria.

La narración de un relato tine en sus exigencias, y es necesario que hagamos el relato de una forma tal que se convierta en una imagen mental clara para nuestros oyentes. Una buena narración nos hace exclamar: "¡Excelente! Veo la verdad." Para ayudar a otros a ver la verdad, es necesario que la veamos nosotros primero, y esto supone varias cosas. Pero insistamos principalmente en la imaginación, que actúa como los ojos de la mente.

Pareciera cosa no agradable para algunos que, durante un sermón, las personas tal vez no recuerden la cita de la cual se predicó, pero recuerdan las imágenes de la historia sobre el texto en el cual se predicó. Es así que la importancia de la imaginación nos debe de llevar no solo a recrear el evento, sino a vivirlo, a identificarse con los hechos y poder llevarnos con nosotros a los oyentes en este tren de imaginación, y poderles mostrar una escena vívida en sus mentes, la cual nunca olvidarán.

Esta narración de los sucedido en el pasaje estudiado trae color, sonido, emoción y acción a la mente. Cuando no hallamos la palabra concreta, decimos al oyente a qué se "parece" ese algo. El lenguaje figurado siempre pone imágenes en la narración.

Hasta aquí con esta entrega, corta pero consisa, y no en muchos día la siguiente, donde trataré las dos últimas maneras de obtener los subpuntos. De allí, queda poco para terminar las partes escenciales de todo sermón. Dios les bendiga, y que tengan una feliz navidad.