[sermón expositivo] [oración de transición]

Ya hemos visto lo importantes que son las proposiciones de los sermones. Observamos que la proposición del sermón es el elemento que le da énfasis y que ayuda a que cause la impresión más profunda posible, al tomar la idea central de un pasaje de las Escrituras, expresarla en palabras y construir el sermón alrededor de ellas. Pasamos ahora a la construcción de lo que homiléticamente se conoce como "puentes homiléticos", uno de ellos: La oración de transición.

Los puentes homiléticos son necesarios para ayudar a los oyentes a desplazarse con facilidad de una de las partes principales del sermón a otra. A la mayoría de las personas no les agrada salar con el pensamiento de la introducción al cuerpo del sermón, o del cuerpo del sermón a su conclusión. Tampoco existe razón lógica alguna para semejante ejercicio mental. Es necesario conectar estas partes entre sí, y hay un "puente" que puede realizar esa labor. Se llama "la oración de transición". Su misión consiste en mover el pensamiento de los oyentes, clara y suavemente a lo largo de la introducción hasta que encuentren los puntos principales del sermón en su cuerpo. De esta manera, no hay salto mentales ni interrupción de la comunicación.

Toda ayuda homilética que facilite comunicarse más eficazmente con las personas, también añada poder a su predicación. Aunque sabemos que el origen de todo poder en la predicación, es El Espíritu Santo, sabemos también que Él actúa a través de nuestros procesos mentales al comunicar la Palabra de Dios. El Espíritu Santo no actúa en medio de un vacío mental. Por consiguiente, la oración de transición puede ser usada por El espíritu Santo para aumentar el poder de la predicación.

Inmediatamente después de escribir la proposición, nos encontramos con la oración de transición. Estos dos pasos se hallan muy cerca el uno del otro. La proposición se convierte en parte de la oración de transición en este paso. Por tanto, se debe seguir con naturalidad a base de construir una oración de transición, añadiendo otro paso más a la preparación del sermón expositivo.

Veamos un ejemplo de oración de transición como "puente homilético". ¿Dónde la ponemos dentro del bosquejo del sermón?

Tema: La oración.
Texto: Mateo 7:7-11.
Título: La necesidad de orar.

INTRODUCCIÓN
- Oración o frase de acceso.
- Sección bosquejada (más adelante lo detallaremos).
- Proposición de explicación: El enfoque de este sermón es: "Todo creyente debe orar."

Oración de transición: Ahora hallaremos en el pasaje bíblico de este sermón las razones por las que todo creyente debe orar.

CUERPO DEL SERMÓN
I. Todo creyente debe orar, porque la oración siempre recibe una respuesta (Mateo 7:7, 8).

Recordemos que un bosquejo completo tendría otros puntos principales a continuación, este es un ejemplo nada más para ilustrar la posición dentro de un bosquejo para la oración de transición.

Observe que la oración de transición repite la proposición del sermón al mismo tiempo que se desplaza desde la introducción hacia el cuerpo del sermón. Observe además que la palabra clave RAZONES conduce a la persona directamente al primer punto dentro del cuerpo del sermón; el punto principal número I (uno romano). Se sale de la introducción para pasar al cuerpo del sermón de una manera natural, lógica y unificada.

"Las razones" (una palabra clave) también indican a los oyentes cuáles serán los otros puntos principales: cada uno de ellos será una "razón". Ahora los oyentes podrán seguir y recordar los puntos principales del sermón mucho mejor, porque usted les puso una identificación ("razones").

En la siguiente entrega (espero más pronto que esta) veremos las maneras de formar una oración de transición. Bendiciones.