[la conclusión] [tipos de conclusión] [finalización]


4. LA CONCLUSIÓN TIPO APLICACIÓN.

La conclusión tipo aplicación, como los otros tipos de conclusiones, se forma alrededor de la meta del sermón. En ella presentamos a los oyentes formas y medios para poner en práctica la meta u objetivo del sermón; y ellos necesitan esta ayuda práctica.

Veamos un ejemplo de este tipo de conclusión. Podemos usar aquí esta meta de sermón: Que los creyentes se comprometan a orar por lo menos un cuarto de hora diario. Ahora presentamos formas y medios: orar quince minutos diarios. Usted dice:

"¿Cómo se hace? Tal parece que en cinco minutos ya he orado suficiente." Lo que usted necesita es una lista de oración. Para ello, anote los nombres de personas y las necesidades por las que desea orar, y muy pronto los quince minutos no le bastarán para ministrar en oracion sobre todo lo que contiene la lista. Si le sucede esto, puede emplear un momento de oración para orar por l salvación de los inconversos, y en otro puede ministrar en el poder de la oración a quienes necesitan sanidad, ayuda económica o protección por realizar trabajos peligrosos. Puede dedicar una de esas sesiones de oración para orar por los misioneros, nombrando sus nombres y los países donde trabajan. Hay muchas necesidades por las cuales orar pero no se olvide de dedicar unos instantes a la acción de gracias durante ese cuarto de hora. Las victorias obtenidas en el Señor, las bendiciones presentes, las oraciones contestadas y muchas cosas más, exigen que dedique un tiempo a alabara a Dios. Alábelo después por escuchar y responder a sus oraciones. Vaya anotando en su lista de oración las fechas en que sus oraciones van recibiendo contestación. Recuerde las palabras de Juan Wesley: "¡Dios no hace nadad, si no es como contestación a la oración!" (Una oracion final poderosa).



5. LA CONCLUSIÓN TIPO ILUSTRACIÓN.

Este tipo de conclusión es eficaz cuando dirige a las personas a responder a la meta del sermón. Las buenas ilustraciones llevan consigo poder persuasivo. Cuando se las usa, sólo hacen falta unas pocas oraciones para terminar la conclusión. No vaya más allá del punto culminante de la ilustración; si lo hace, le quitará efecto.

Veamos un ejemplo de conclusión de este tipo usada con esta meta de sermón: motivar al inconverso a recibir a Cristo en este culto, porque la vida es muy incierta. Tenemos una buena ilustración que procede de Peter marshall, quien la usó para concluir un sermón sobre Santiago 4:14. Vamos a parafrasearla:

Hay una vieja leyenda sobre un comerciante de Bagdad que envío a sus siervo al mercado. una vez allí, una persona vestida de negro se tropezó con él en medio del bullicio. Aquella persona de tez renegrida se dio vuelta y señaló con el dedo al siervo. Lleno de terror, este corrió de vuelta a la casa del comerciante. Allí dijo a su amo, aún tembloroso: "En el mercado me tropecé con una persona, y cuando la vi me dí cuenta de que era la Muerte. Ella me señaló con un dedo, como amenazándome. Por favor, señor, présteme su caballo, porque tengo que huir a toda prisa hacia Samaria. Allí e esconderé y la Muerte no me hallará.

El comerciante le prestó su caballo más veloz, y el siervo huyó a toda prisa. Más veloz, y el siervo huyó a toda prisa. Más tarde, el comerciante se fue al mercado, donde halló a la Muerte en medio de la multitud. Se le acercó y le preguntó: "Por qué asustaste a mi siervo" "Por qué lo amenazaste con el dedo".

"No quise amenazarlo", le contestó la muerte. "Fue una señal de sorpresa. Me sorprendió verlo en Bagdad, porque tengo una cita con él esta noche en Samaria."

Todos tenemos una cita con la Muerte. Podría ser en el trabajo, o mientras viajamos por la carretera o en un hospital. Donde sea, usted necesita saber que Cristo es su Salvador; que lo ha recibido en su vida. Esta es su oportunidad.

Felicidades a todos los que han seguido esta serie de artículos lecciones sobre los elementos básicos de todo sermón. Hemos terminado esta fase tan esencial. Esperen ya pronto las siguiente serie, que será sobre los diferentes tipos de sermones. Bendiciones a todos.

[la conclusión] [tipos de conclusión] [continuación]


3. LA CONCLUSIÓN TIPO OBJECIÓN.

En este tipo de objeción se enumeran las objeciones que las personas podrían presentar para no actuar de acuerdo con a meta trazada por el sermón. Después de hacer una lista de las objeciones, señale las verdades bíblicas que las destruyen. De esta forma, ayudará a algunos de sus oyentes cuando les diga: "Venga ahora, y razonemos juntos". Supongamos que está predicando un sermón sobre el diezmo; es de esperar que haya algunas objeciones. Observe las siguientes, que han sido incorporadas a una conclusión tipo objeción:
  1. "Soy demasiado pobre para diezmar." Si le parece que este es su problema, recuerde esta verdad: No diezmamos sobre lo que no tenemos, sino sobre lo que tenemos. La Palabra de Dios dice: "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tu frutos" (Proverbios 3:9). Con lo que tiene, con lo que ha ganado. "Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu Dios" (Éxodo 34:26). Es muy claro, usted diezma sobre lo que ya tiene.
  2. "Doy una ofrenda, aunque sea menos que el diezmo." Gracias por su ofrenda, pero usted aún debe sus diezmos a Dios. Damos las ofrendas voluntariamente, pero los diezmos los pagamos. Dice Dios en Malaquías 3:10, "Traed todos los diezmos al alfolí." Si usted no diezma, está privando a Dios de un reconocimiento que sólo pertenece a Él. Escuche lo que dice la Palabra de Dios: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas" (Malaquías 3:8). Esta es la respuesta de Dios.
  3. "Mi dinero es mío, y puedo hacer con él lo que quiera." Tiene razón. Puede hacer lo que quiera con él. Sin embargo, el dinero, como cualquier otra cosa en la vida, es una dádiva de Dios. Pablo afirma en Hechos 17:25, "Él (Dios) es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas." Por tanto, es Dios quien le da a usted la vida y las fuerzas para ganar el dinero. Puesto que "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan" (Salmo 24:1), al diezmar con honradez usted demuestra que Dios es el verdadero dueño de todo. Es una manera de reconocer el señorío de Dios sobre el mundo y los que en él habitan. Usted sólo está administrando ese dinero; otros lo tendrán después de usted.
Esto es algo para meditar y reflexionar, sólo es un ejemplo, y cada uno de los elementos de objeción que usted use debe ser adecuado al tipo de oyente y contexto cultural donde lo predique. Por ejemplo, no hablará (espero yo) de prosperidad en un país donde el 95 % de la población es extremadamente pobre, y apenas tienen que comer. Sus objeciones en este punto de la conclusión deben ser acordes al contexto de las personas, pero siempre con el fin de hacerlos actuar en congruencia con el mensaje.

Hasta la próxima entrega, que Dios les bendiga y use poderosamente en la predicación y el servicio al pueblo y al que aún no es, pero serán pueblo de Dios.