El Tema

Un sermón sin un tema es como un libro sin palabras. Es como querer darse cuenta de qué trata un libro que no tiene título ni índice. Lo que empezaremos a desarrollar desde ahora, será el pilar fundamental en el desarrollo del sermón en sí mismo. De este punto dependerá lo que habremos de expresar acorde al mensaje del texto que estudiaremos. Aprenderemos a descubrir el tema de un pasaje, no a inventarlo. Conoceremos el flujo de pensamiento de un escrito bíblico, para así poder entender el mensaje real que recibieron sus oyentes, y cómo poder aplicarlo a nuestro tiempo.

Cuando se sabe de qué trata un pasaje de las Escrituras, se tiene el fundamento para preparar un sermón homilético. Este será su guía a través del desarrollo del mismo. Nos dará las pautas que abrirán en los pasos subsecuentes el título, puntos principales y subpuntos. El desarrollo del sermón en su totalidad. La definición del tema es:

Aquel aspecto extenso y general de la verdad, que proporciona las ideas y el contenido de los sermones.

Como ejemplos de temas tendríamos la oración, la adoración, la fe, la persecución, las pruebas, el amor, las obras, la salvación, el pecado y otros. Cada uno de estos temas contienen las ideas claves de muchos sermones. Tomemos por ejemplo "La Oración", He aquí las ideas para tres sermones: "La necesidad de orar", "Cómo orar eficazmente" y "Los resultados de la oración". ¿Ahora puede ver la particularidad del tema? Es tan extenso que se puede hablar muchos aspectos específicos del mismo; como ven, el tema es la oración, pero los tres títulos hablan de aspectos específicos de la oración. Han visto alguna vez en la librerías o bibliotecas cristianas, e incluso en las seculares, que los estantes están distribuidos por temas como de psicología, de filosofía, de ciencia ficción, literatura universal. Todos bajo un mismo tema, pero desarrollan aspectos específicos y particulares sobre ese tema en cuestión.

El tema es general, amplio y suele contener numerosas ideas claves.

Cómo descubrir el tema

Descubrir significa poner en evidencia algo que ya existe. Puesto que el tema de un sermón ya está en el pasaje a partir del cual se prepara, usted se limita a centrarse en lo que ya está en él. No necesita andar buscando el tema por otras partes. En lugar de esto, examine el pasaje de las siguientes maneras.

I. Leyendo un pasaje hasta que su aspecto general de verdad quede claramente al descubierto, y se entienda lo que dice. Esto se puede realzar con los métodos a continuación:
  1. Leyendo varias veces la porción seleccionada.
  2. Leyendo en varias versiones la misma lectura.
  3. Preguntándose de qué trata este pasaje, o sobre qué trata de enseñar.
  4. Reconociendo el flujo de pensamiento del escritor bíblico. Qué quería dar a entender con lo que escribía.
II. Buscando una palabra que se use varias veces en un pasaje, ya que podría indicar el tema. por ejemplo:
  1. Mateo 6:25-30. Preocupaciones, afanes o angustias.
  2. Salmo 37:1-11. La paciencia.
  3. Mateo 2:1-12. Adoración.
Ambas maneras nos indican que es necesario centrarse en el pasaje mismo para descubrir su tema. Aquí debemos notar un principio vital, que al preparar un sermón a partir de un pasaje, hace falta acudir a la Palabra de Dios en primer lugar, y siempre en primer lugar. Ningún libro, comentario o lo que sea puede tomar su lugar.

Hasta aquí la primera entrega sobre el tema. Nos veremos en la próxima, no sin antes dejarles algunos ejercicios para que ensayen el buscar el tema de una porción:
  1. Lea Juan 15:1-8 y note la palabra que se repite en este texto, convirtiéndolo en su tema.
  2. Lea Mateo 15:21-28 y escoja el tema que más correspondería de los siguientes: a) El sufrimiento, b) La persistencia, c) El señorío de Cristo, ó d) La fe.
  3. Lea 1 Corintios 2:6-10 y escoja el tema que usted crea corresponde a la porción: a) Señor de gloria, b) Príncipes de este siglo, c) La sabiduría de Dios, ó d) La madurez cristiana.

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