[predicar, ¿qué te motiva a hacerlo?]

¿Cómo saber realmente que predicamos con una correcta motivación?

Hoy en día oímos predicaciones impresionantes de lo que Dios quiere que hagamos y tengamos, nos dejamos llevar en un mar de opiniones por parte de Dios sin pensar en las motivaciones de los predicadores. Unos se motivan por la fama, otros por el dinero, otros por diversas razones predica. Veo jóvenes que en los buses predican y luego piden ayuda económica, es válido, necesitan sostenerse y alimentarse. Otros hacen subir los ingresos de su iglesia para comprar esto o aquello. Pero cuál es la correcta motivación. Hay algunos que dicen que si quieres tener dinero, sé pastor y abre una iglesia.

¿Por qué hablar sólo de las malas motivaciones? Existen los que verdaderamente hablan el mensaje de Dios con pasión por las almas. Inspirados día a día por el Espíritu Santo, llevan un mensaje puro delante de gente dispuesta a creer el verdadero mensaje de Dios. y de igual manera hay cosas que impiden que lo hagan de manera eficaz.

El pecado, es uno de los más grandes obstáculos en la predicación. Algunos han llegado a espiritualizar tanto a los predicadores, que creen verdaderamente que no pecan. Es risible para algunos, pero completamente cierto. Muéstrenme un predicador que no peque, y les señalaré un pecador veterano. El pecado no debe impedir la predicación, sólo a satanás le parece bien la frase. Otros tienen un problema tan grande como el pecado, su testimonio. Tienen el deseo de predicar, pero su testimonio no les ayuda nada. Más aún, otros están tan segados por los institutos bíblicos y seminarios, especializaciones y doctorados en divinidades, que creen de corazón que sin un título no se puede predicar como Dios manda.

Ahora bien, quisiera citar Mateo 28:19-20. "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." (Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.)

La única y verdadera motivación debe ser "la obediencia". De las cosas que directamente fueron pedidas por Jesús, la llamada gran comisión" es un mandato que no fue dirigido exclusivamente para los pastores, misioneros o evangelistas. Fue dada a todos nosotros, cada uno de nosotros, aún sin saber cómo hacerlo. La predicación está en la palabra "haced", más todos nosotros estamos como espectadores de una película esperando que hacen los que hacen caso a este llamando. Somos llamados a hacer discípulos, y esto lleva tiempo.

Si el motivo de la predicación es aumentar el ingreso de la iglesia, probablemente se logre. Si la motivación es fama, seguro que se conseguirá. Si la razón de predicar es la chica de tus sueños, la tendrás, pero no habrán discípulos, sólo oyentes impactados de la forma de expresarse. Dios nos llama a ser motivados por una relación personal e íntima con Él. Si falla esto, falla la predicación. Si falta esto, entonces hablamos de lengua pero no de Espíritu.

Se un predicador que haga discípulos, motivados por la obediencia en una relación de amor y personal con Dios. Se un predicador de Cristo, con pasión por obedecerlo. Te animo a hacerlo.